MÉTODOS Y MODELOS DE INTERVENCIÓN EN TRABAJO SOCIAL.

Métodos y Modelos de Intervención en Trabajo Social.

Por: Ezequiel Ander-Egg.                                                                                                                 Juan Jesús Viscarret Garro.

Relator(es): Ana María Cadavid Arango, Jeniffer Palacio Sánchez, Eliana María Posada Muñoz, Nancy Lorena Castrillón Patiño, Rubén Darío Hoyos Gómez

Tomado de: Ander-Egg, E. (1992). Introducción al trabajo social.

Garro, J. J. V. (2009). Modelos de intervención en Trabajo Social. In Fundamentos del trabajo social (pp. 293-344).

Psicoanálisis: http://www.geocities.com/psicoresumenes/public/psicoanalisis.htm

Métodos y Modelos de Intervención en Trabajo Social.

La  práctica del trabajo social, se encuentra determinada por una serie de métodos y modelos que ayudan a direccionarla y a concretizarla, según las características especiales de la población que se pretende intervenir. Se puede considerar entonces según lo plantea Ezequiel Ander Egg: “La idea de método de trabajo social implica, que se pretende  ir más allá de la simple experiencia de una o varias acciones emprendidas para realizar tareas de asistencia social” (Egg, 1996).

Estos métodos concretamente son: Método de caso social individual, el trabajo social de grupo y el trabajo social  comunitario, cada uno con sus características específicas que se fueron presentando a través de la evolución y las necesidades sentidas de las comunidades.

 

Caso Social individual                                                     Trabajo Social de Grupo

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Trabajo Social  Comunitario

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En cuanto a modelos de intervención se refiere  podríamos decir que estos ayudan a tener parámetros claros para la intervención en trabajo social, que parten de teorías y estudios realizados por diversos autores que desde su conocimiento han aportado al desarrollo e implementación de estos, en la práctica del Trabajo Social. Como modelos están los siguientes:

 

 

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Según Hill (1986) , Lutz concibe el modelo en Trabajo Social como algo simbólico que puede consistir en un conjunto de principios de acción relativos a un campo definido fenómenos o de experiencia… El concepto de modelo, no abarca solo los “cómos”  del trabajo social, sino también sus “cuándos”, “porqués” y “paraqués” (Viscarret, 2007) En esta relatoría ampliaremos los modelos y la manera como pueden verse reflejados en casos concretos, que permiten ir comprendiendo la aplicabilidad en el Trabajo Social.

  1. Modelo psicodinámico.

A medida que cambia y evoluciona la vida nos damos cuenta que todo parte de la Psicología y la Psiquiatría para que se dé a conocer la importancia del enfoque del Trabajador Social analizando y apoyando los problemas psicológicos y emocionales.

Freud propone “un modelo de desarrollo de la personalidad basado en la existencia de fuerzas para conseguir el equilibrio dinámico” este modelo hace énfasis en la conducta interna del ser humano, sus valores y características,  algunos aspectos sobre la teoría o modelo psicodinámico es determinar los aspectos que se encuentran ligados a la personalidad.

El modelo Psicodinámico intenta estudiar más allá del puro comportamiento externo del sujeto y como tal tienen un enfoque hacia el inconsciente a través del sueño, determina siempre que los comportamientos son motivados por fuerzas y siempre por conflictos internos, siempre se caracterizan porque tienen poca consciencia y control de motivación en sí. El modelo se basa en la concepción de la existencia que se desenvuelve por fases y por crisis, que se apoya en las fuerzas utilizadas y desarrolladas durante una crisis para poder resolver la siguiente. El resultado del tratamiento es apoyar a resolver la dificultad actual y facilitar un cierto aprendizaje del problema para hacer frente a las sucesivas dificultades que presenta toda vida humana.

Al realizar el Estudio psicodinámico de un caso específico o una situación que vamos a valorar, tenemos que tener en cuenta siempre los siguientes pasos:

  1. Anamnesis (análisis del caso).
  2. Estudio psicodinámico (Relación paciente-examinador. Forma global de la relación de objeto).
  3. Impresión del examinador.
  4. Juicio diagnóstico (Estructura de la personalidad) tendencias predominantes – defensa predominante.
  5. Conclusiones.

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          2. Modelo de intervención en crisis.

 

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Su metodología fue desarrollada por la psiquiatría americana y su  adaptación al Trabajo Social se debe a que la práctica de  los Trabajadores Sociales se desenvuelve en permanente contacto con personas en estado de crisis. Como individuos, miembros de la familia o de un  grupo, a lo largo de nuestra vida experimentamos crisis y participamos en la crisis de otros; Es importante resaltar que algunos individuos suelen tener la habilidad de solucionar sus crisis mientras que otros deben buscar apoyo emocional y profesional. La intervención  guiada por este modelo se clasifica en el grupo de las terapias breves de intervención, ya que exige por lo general, una respuesta inmediata y consejo dentro de un periodo corto de tiempo por parte del profesional, debido a su inmediatez se pueden experimentar sentimientos de ansiedad, desamparo e impotencia en el Trabajador Social, es primordial poseer un sólido conocimiento de los conceptos y principios de esta teoría en función de que los Trabajadores Sociales hagan frente a los cambios que ocurren en el proceso de intervención y evitar resultados negativo e insatisfactorios.

Desde el contenido conceptual podemos decir que la intervención en crisis consiste en  apoyar en la situación vital a una persona y/o familia o grupo que está experimentando una ruptura vital y apoyarla a movilizar sus propios recursos para superar el problema y así recuperar el equilibrio emocional. Se han consolidado una serie de conceptos básicos que son aceptados por quienes ejercen desde este modelo, ( Swanson y Carbon 1998):

  1. Las crisis son experiencias normales en la vida. Reflejan una lucha en que la persona intenta mantener en un estado de equilibrio entre sí mismo y su entorno.
  2. El estrés desencadena la crisis que puede ser un acontecimiento externo o interno. Puede ser un hecho catastrófico o el producto de una acumulación de acontecimientos menos graves.
  3. La gravedad de la crisis no se relaciona con la gravedad del estresor sino con la de su percepción con la persona.
  4. Puede existir un nexo (experimentado emocionalmente y no necesariamente consciente) entre la situación actual y conflictos del pasado.
  5. Las crisis son acontecimientos autolimitados (4-6 semanas) que se resuelven adaptativa o desadaptativamente.
  6. En las crisis, las defensas están debilitadas, por lo que la persona está más receptiva al apoyo y los esfuerzos mininos conllevan resultados máximos.
  7. La resolución adaptativa de la crisis ofrece una triple oportunidad: a) dominar la situación actual, b) elaborar conflictos pasados, y c) aprender estrategias para el futuro.
  8. La resolución no está tan determinada por las experiencias o la estructura de la personalidad como por procesos presentes.
  9. Las perdidas anticipadas o reales suelen ser un factor importante a trabajar.
  10. Con la resolución adaptativa emergen nuevas fuerzas y nuevas habilidades de resolución de problemas para el futuro.

En la naturaleza de su intervención es pertinente resaltar algunos elementos: Supone una intervención activa y directa en la vida de la persona (primera ayuda social), El “focus” se centra en el presente, en el aquí y ahora, Propone la necesidad de dar una respuesta rápida y breve, Es una intervención centrada y estructurada, es Fundamental la disponibilidad del Trabajador Social durante la fase de crisis, Utiliza el contrato y la Determinación de unos límites temporales. Desde el rol del Trabajador Social se puede destacar el mayor poder y autoridad, que es otorgado por la crisis, la cual pone al individuo en una situación de confusión y desequilibrio que le incapacita para tomar decisiones correctas.

La autoridad debe ser utilizada en los momentos que el cliente se encuentre más confuso y desestabilizado, su maestría profesional (Rapoport) le atribuye la capacidad para percibir la realidad, organizar la acción y proponer consejos y decisiones, la actitud del Trabajador Social “debe ser activa, decidida y entregada” (Golan, 1978: 82),  a través de la cual es necesaria la comunicación de optimismo y esperanza a lo largo de todo el proceso, como regla fundamental en el proceso de intervención en crisis. Aunque es un modelo centrado en el Yo (aspectos afectivos, cognitivos, de adaptación) incorpora el entorno, el medio ambiente, como un factor relevante para la resolución de la crisis.

 

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  1. Modelo centrado en la tarea.

Ha sido desarrollado por completo desde el Trabajo Social y para el Trabajo Social, orientado en los problemas,  desde los años 70, basado en trabajos realizados por William Reid y Am Shyne donde sugieren que los trabajos realizados a corto plazo son más productivos que aquellas intervenciones abiertas en el tiempo. Se basan en desarrollar y llevar a cabo tareas que tengan que ver en la solución del problema que se plantea por los propios usuarios

En teoría es un modelo orientado a proporcionar una respuesta práctica breve y eficaz centrándose en la consecución de unos objetivos específicos.

La relación del Trabajador Social con el usuario se define por la intervención basada no en dirigir sino en asesorar, acompañar y dar respeto a las capacidades y posibilidades del usuario, llegando a una corresponsabilidad mutua, donde el eje central está en la evaluación de los resultados de la intervención del problema.

Los conceptos básicos que se basa este modelo de intervención son los siguientes:

  1. La selección de un problema.
  2. La definición y utilización de la tarea para abordar el problema.
  3. Relación entre sociedad afectada y trabajador social, donde hay una continua revisión y negociación.
  4. Utilización de límites temporales marcados en la solución del problema.

“Es un método que se ha demostrado especialmente eficaz en la intervención con problemas causados por conflictos interpersonales, insatisfacción con las relaciones sociales, problemas con organizaciones formales, problemas de toma de decisiones, recursos insuficientes, problemas conductuales”.

Básicamente, los elementos principales en los que se apoya la práctica de la intervención centrada en la tarea son: la delimitación del problema, los objetivos, el límite del tiempo, las tareas a llevar a cabo y el contrato.

 

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  1. Modelo de modificación de conducta.

Este modelo se apoya en la teoría del conductismo que se desarrolla a comienzos del siglo XX y como disciplina aplicada al trabajo social se produce a mediados de los ochenta;  Es una corriente de la psicología aplicada al objeto de estudio y análisis de la conducta humana y aplicada al trabajo social ya que utiliza los principios propios de la psicología experimental, el modelo de modificación de conducta consiste en modificar los ¨problemas de conducta  en el que el tratamiento puede ser ejecutado en forma aislada o conjunta y consta de dos estrategias:

  1. Modificar las respuestas del paciente de acuerdo a los factores que hay en su ambiente.
  2. Modificar factores de su ambiente

En este modelo se especifica que cuando el sujeto se mueve por su entorno puede o no desarrollar la capacidad de aprender de él, de esta forma, nuestro carácter y forma de pensar se van desarrollando poco a poco, en base a lo que vamos viendo en el medio en que vivimos. Dicho de otra forma, nuestro entorno es el que hace que seamos como somos. La aparición de las conductas o comportamientos sociales se determinan por medio del aprendizaje mencionado anteriormente, por ejemplo, el consumo de drogas en un adolescente se considera como un problema, la intervención del trabajador social teniendo en cuenta el modelo de codificación de conducta sería examinar el ambiente en el que se mueve el individuo ya que de este es de donde se genera el aprendizaje de forma directa.

“El Trabajo Social conductista fija los objetivos de su intervención básicamente en obtener, suprimir, disminuir o reforzar de forma duradera ciertas conductas” (Viscarret, J. 2007), esto quiere decir, que parte fundamental de la intervención por este modelo es una vez analizado el problema y sus causas externas directas del aquí y el ahora, ya que en este modelo no se toman en cuenta las experiencias del pasado, se procede a alterar el comportamiento del individuo utilizando refuerzos, es decir, aquello que es necesario para adquirir un aprendizaje nuevo, generando así la extinción de una conducta problema y la aparición de otra conducta.

En este modelo es importante destacar la relación que tienen el Trabajador Social y el paciente ya que a pesar de que el Trabajador Social es guía de manera profesional a la modificación de la conducta también se busca que el paciente sea participe y autónomo dentro del proceso, considerando a ambos como agentes activos en el proceso de cambio;  todo esto teniendo en cuenta que nunca se le considera al paciente como el problema a intervenir sino que se busca el problema en el ambiente externo de este.

 

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        5. Modelo humanista/existencialista.

 

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Al referirnos al modelo humanista, podemos tener presente la caracterización que presenta  Viscarret: “El trabajo social humanista respeta la diversidad, la pertenencia étnica, la cultura, los estilos de vida y de opinión, denuncia las formas de violencia y discriminación, rechaza la estandarización  y el modelamiento del ser humano, respetando la capacidad de acción y de elección de éste, impulsando la cooperación, el trabajo comunitario y la comunicación”.

De manera hipotética podríamos aplicar este modelo de intervención en un grupo concreto de desplazados que llegan a la ciudad. Es importante entonces conocer cada familia, su lugar de origen, el motivo por el cual dejan el campo y llegan a la ciudad, la cultura propia que poseen, como vivían antes de llegar a la ciudad, sus costumbres,  ya que todo esto permitirá poder hacer una intervención más desde lo que son y lo que necesitan realmente. Al conocerlos se puede identificar si existen formas de violencia, de discriminación y poder así, realizar las respectivas denuncias en el lugar indicado.

Desde este modelo humanista del Trabajo Social, se puede llegar en este caso concreto primero a la persona como un ser humano completo,  que tiene sus necesidades, sus opiniones, sus anhelos y a la cual es fundamental respetarle su libertad, su dignidad y sobre todo su potencial o capacidad de elección. Puede ser que emigrar del campo a la ciudad no sea una opción personal, sino que está mediado por situaciones externas, generalmente de violencia que pueden llevar a esto, sin embargo, al realizar una intervención en un grupo de desplazados, es necesario partir de lo que cada uno espera en ese nuevo estilo de vida,  y fundamentalmente, se tiene que llevar a que entre ellos, se impulse la cooperación, el trabajo comunitario, ya que al tener una situación similar que los une, también debe ser apoyo los unos a los otros y construir todos juntos nuevas oportunidades,  lo que hace que sea muy necesaria la comunicación para poder lograrlo.

 

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Este modelo humanista /existencial al proponer en el trabajo social una filosofía de intervención que es muy acorde con sus raíces, aporta a que no se imponga la intervención, sino que se dé como un proceso libre y de aceptación por parte de la persona o personas que necesitan ayuda. Desde este modelo de intervención, no se trata de que el trabajador social haga muchas cosas, es más debe ser más un observador, que lleva a la persona que está siendo intervenida a que se dé cuenta de la situación que vive y encuentre caminos de solución, que le permitan crecer y ser autónomo.

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